Enviado por jose.luis.melgosa el


El siglo XXI será el siglo de las megaciudades: en el año 2050, el 75 % de la población mundial vivirá en grandes núcleos urbanos. En este entorno, la movilidad urbana pasará necesariamente por el transporte público colectivo y la movilidad eléctrica.
Tranvías y autobuses eléctricos con recarga inalámbrica, sin conexión física con la red; vehículos eléctricos en modalidad de " carsharing " o uso compartido, implantados ya en más de 1000 ciudades del mundo; vehículos eléctricos ligeros para la movilidad personal; triciclos, cuatriciclos y motos eléctricas, bicicletas eléctricas, etc . Éstos serán los vehículos que veremos circular por las ciudades y sus extrarradios, y prácticamente de manera exclusiva por sus saturados centros históricos.
Tecnológicamente, los retos a superar para el desarrollo masivo de la movilidad eléctrica no radican en el sistema de tracción eléctrica motor / rueda, que hoy en día ya es suficiente - aunque todavía no está totalmente desarrollado - . La problemática a solucionar radica en los problemas de almacenamiento y recarga de energía a las baterías electroquímicas actuales, en su precio, y en la implantación de las tecnologías de comunicaciones que permitan la integración de las infraestructuras de transporte público urbano en el vehículo eléctrico de uso personal. Esta integración posibilitará la capilaridad del sistema y la utilidad real .
La mejora de los sistemas de almacenamiento electroquímico de energía, el uso de vectores de energía alternativos como el hidrógeno, ( convertido en electricidad gracias a las pilas de combustible ), y el despliegue masivo de redes y sistemas de comunicación vehículo / usuario / infraestructura, configuran el futuro inmediato de la movilidad eléctrica, que en cualquier caso va llegando poco a poco a nuestras vidas en forma de los vehículos híbridos, taxis, autobuses y motocicletas eléctricas que ya vemos circular por nuestras ciudades
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